Somos portadores de su verdad y compartimos la plabra de Dios tal y como esta escrita, sin censura, diciendo amen tanto a sus bendiciones como a sus prohibiciones, como un verdadero seguidor de cristo
Lo único que le pido al Señor —lo que más anhelo— es vivir en la casa del Señor todos los días de mi vida, deleitándome en la perfección del Señor y meditando dentro de su templo.